La cantidad de rellenos sanitarios que hay en el Perú es alarmante. Al menos deberían de haber 100, para almacenar la basura que su población produce. Pero solo contamos con nueve. De los cuales cinco están en Lima.
A diario se produce 600 gramos de basura por persona, estos desperdicios deberían ser recolectados y llevados a los rellenos sanitarios que tanto necesitamos en nuestro país. Pero no es así, pues casi siempre llegan a parar en botaderos y vertederos informales.
Los residuos sólidos destinados a los vertederos generan olores fétidos y líquidos que contaminan. Desembocan en ríos y fomentan la aparición de insectos y ratas. Y así aumenta el riesgo de contraer alguna enfermedad.
La empresa Perú Waste Innovation (PWI), que es especialista en temas de residuos líquidos y sólidos, declara que en los últimos años ha crecido un 50% de basura en Lima. Y el mal empleo de rellenos sanitarios empeora la situación.
En un informe sobre residuos municipales, se revela que el 25% de los residuos sólidos en el Perú son dispuestos en estos rellenos, el 3.45% es destinado al reciclaje, mientras que el 71.52% es derivado a botaderos o quemados, sin importar que afecte al medio ambiente.
Los peruanos carecen de una cultura ambiental y no saben la gran ayuda y beneficios que trae la separación correcta de materiales como el plástico y papel. El reciclaje es una buena opción.
Las personas no toman conciencia. La contaminación a causa de los botaderos y basurales va en crecida cada vez, no tiene cuando parar. Todo está en cada uno.
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